Disfrutan a Pescetti en el Auditorio
Julieta Riveroll
(05 mayo 2014) .-12:25 hrs
Para que los espectadores no se pierdan ni un instante del presente, Luis Pescetti los incitó a ser obreros en una fábrica de jabón, a despeinar a un adulto a ritmo de blues y a brincar como pelotas de ping pong.
En su primer concierto en el Auditorio Nacional, el cantante argentino reunió alrededor de 8 mil asistentes. Algunos niños y adultos sí atendieron a su llamado al acudir en piyama con todo y pantuflas.
"Nos sube los ánimos tanto a nosotros como a nuestros papás", opinó Liliana Carrasco, alumna de quinto año de primaria y dueña de la discografía completa de Pescetti. Lo escucha desde bebé y ya ha tenido oportunidad de verlo en la Sala Neza.
Educadoras de preescolar, como Brenda Casillas y Yolotzin Nava, utilizan a diario las estrategias del músico para atrapar y mantener la atención de los niños. En el concierto, por ejemplo, cuando no cantaba, contaba chistes o jugaba a las palmas, aplausos y chasquidos.
Raro fue el que no se paró de su asiento porque Pescetti acompaña las canciones de coreografías, como la de Cinco ranas con pequitas, Si tú tienes muchas ganas y La barca.
Gran parte del público se sabía las letras de sus composiciones y, los que no, podían leerlas a veces en las dos pantallas laterales.
"Con él, mi hijo nunca está aburrido", reconoció Rosario Ortega sobre el cantante al que ella y Rodrigo Hernández Ortega, de 13 años, le siguen la pista desde que salía en Bizbirije en el Canal Once.
Ya había salido del escenario, pero el público lo hizo regresar y cantó El campamento, Angelina y Vampiro negro, una de las predilectas de sus fanáticos. Se despidió con los brazos en pose de ballet y dando giros como prima ballerina. Aunque los gritos de "¡Otra! ¡Otra!," continuaron, poco a poco se fueron apagando.