GENTE

Pierde las alas

Laura Islas

(08 febrero 2015) .-00:00 hrs

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Vino a México en busca de fama, pero más de 30 años después encontró la pobreza.

En una combi con llantas ponchadas, vidrios estrellados y basura vive Enrique Castillo, quien fue una de las voces del grupo chileno Los Ángeles Negros, en los años 80.

"México es grande", dice con voz ronca y acento sudamericano, al tratar de explicar por qué decidió permanecer en el País y no regresó a su natal Chile.

Con las manos quemadas por el sol, el ex vocalista trata de representar los tamaños de ambos países, al igual que la incredulidad de vivir en condición de indigencia.

Lejos de la jovialidad que se observa en las portadas de los discos, con pelo largo y rizado, ahora sobrevive gracias a la caridad de vecinos y conocidos que le acercan ropa y comida.

Sin un horario fijo, se le puede ver merodeando en los alrededores o sentado en la acera.

Su único vicio, dice, es fumar, por lo que aprovecha cualquier oportunidad para pedir un cigarro o una cajetilla a algún vecino o peatón.

Cuando la calle luce sin su presencia, basta con asomarse a la unidad por uno de los vidrios para mirarlo recostado, cubierto por una cobija, pese a la luz del día.

También pasa las horas sentado en el asiento del copiloto de la camioneta, con la ventanilla abierta con la mirada fija, como si buscara el camino para regresar a su país.

En uno de los bolsillos de su pantalón carga una cartera en la que tiene varias identificaciones, entre ellas, una tarjeta de presentación, el único recuerdo de su época como cantante.

Hablar con Enrique es complicado: además de evadir temas, su acento dificulta entenderle, por momentos la voz se le quiebra; en otros, alza la voz como si gritara y se irrita fácilmente.

"Hay palabras (o preguntas) que no se pueden contestar, porque soy chileno y aquí es muy diferente", justifica.

Tras la muerte de su esposa, Jacqueline Irene Sandoval Martínez, ocurrida el año pasado, su familia política le negó la entrada a la casa donde vivían con su hija, de 17 años.

Jacqueline Sandoval era abogada. Asegura que cuando la conoció se enamoró y se quedó en México. Lamenta que su hija no quiera verlo.

Aunque expresa su deseo de volver a su país natal, dice que carece de dinero y no sabe qué trámites debe de seguir, además de que desconoce si alguno de sus tres hermanos, Roberto, Maritza y Miguel, vive.

No pierde la esperanza de que la embajada de Chile en México lo pueda ayudar.

"Yo no soy familiar de él, él anduvo viviendo una temporada de mantenido aquí el señor, mantenido más de 20 años", comentó un señor de edad avanzada que se identificó como el papá de Jacqueline, pero no dio su nombre.

"Era amigo de una de mis hijas, llegó cuando andaba cantando, llegó, se metió y jamás volvió a salir, ahora nomás está aquí. Mis hijos hasta dinero le traen para que trague".

Otro joven, quien se identificó como primo de su esposa, señala que ella murió hace más de un año y, desde hace unos cinco meses, Enrique comenzó a vivir en la combi que es de la familia; sin embargo, su carácter es difícil y se molesta si no le llevan cigarrillos o si la comida que le llevan no le gusta.

"A veces se pone a insultarnos o nos dice de groserías".

Del cielo al infierno

1982
Castillo se integra al grupo Los Ángeles Negros, viaja con ellos a México y graba el disco Siempre Románticos. El grupo decide quedarse en el País.

1983
Enrique graba, con la agrupación, su segundo álbum titulado Maldito Piano.

1985
Deja la agrupación y forma su propio grupo: Ángeles de América.

1990
Graba El Esperado Regreso.

1997
Nace su hija Raquel Iam.

2012
Castillo aparece en un programa de la televisión mexicana cantando con el conjunto Románticos de América.

2014
Muere Jacqueline Irene Sandoval Martínez, quien fuera su pareja y comienza a vivir en la calle.