CULTURA

Afectó obra a mapoteca

Yanireth Israde

(24 abril 2015) .-00:00 hrs

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Las obras de remodelación en la Mapoteca Manuel Orozco y Berra (MOB), bajo custodia de la Sagarpa, son equiparables, por sus yerros, a las efectuadas en la restauración de El Caballito, la obra de Manuel Tolsá dañada con ácido nítrico en 2013, juzga la arquitecta Olga Orive, presidenta del comité mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos).

REFORMA publicó ayer que los trabajos en el recinto histórico de Tacubaya, sin permiso del INAH, maltrataron el acervo, según una denuncia del ex encargado del repositorio, Carlos Vidali Rebolledo. Pero la intervención alteró también el monumento al usarse, por ejemplo, esmerilador para lijar las vigas del techo, de acuerdo con las imágenes contenidas en el documento "Bitácora de Actividades del 18 al 22 de noviembre".
 
"Eso no debe hacerse, se hace a mano y, si no podían con tal cantidad de vigas, no debían hacerlo. Están desbastado inclusive la pátina. La madera, como la piedra, genera una capa de protección. Si se lija a máquina con disco se destruye y todas las calamidades pueden ocurrirle a las vigas", advierte.
 
Igualmente aprecia daño a las pilastras del monumento que se rebajaron, rompiéndolas, para colocar encima chapas de cantera nueva. Prevaleció, considera Orive, un afán de novedad que atenta contra la autenticidad del inmueble. 

"Es como si hicieran obra nueva. Es una intervención equivocada, sin respeto del inmueble ni un estudio de los materiales".

Otro botón de muestra es el piso elegido, más acorde con remodelaciones residenciales que con un recinto histórico de los siglos 18 y 19.

"Podía haber sido de madera, inclusive barro, pero este mármol no resulta adecuado. Son problemas que ya vimos en el Palacio de Bellas Artes y también pasó en El Caballito", dijo Orive.

Patricia Ornelas, directora del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Sagarpa, organismo responsable de la mapoteca, argumentó que fueron adecuaciones de emergencia.

Actuaron urgentemente, sin una planificación, explica, porque estaba inundada la mapoteca por el rompimiento de una tubería.

"Donde veíamos que estaba más dañada la infraestructura, fuimos actuando".

Lo esencial, dice Ornelas, fue combatir la humedad y las polillas del techo, por eso se lijaron las vigas con máquina y se inyectó el líquido antipolilla Oz.

La funcionaria asegura que los documentos de la MOB fueron debidamente "emplayados" para que no resultaran afectados por los trabajos.

Es la primera vez, enfatiza, que se emprende una modificación de este tipo en la mapoteca, también dotada de protección de rayos ultravioleta en los ventanales y la instalación de un sistema de videovigilancia.

"Jamás se había dado un solo peso para mejorar la infraestructura de la mapoteca", dijo.