CULTURA
Graba Klezmerson
música de John Zorn
Erika P Bucio
(30 abril 2015) .-00:00 hrs
"¡Prepárense para saltar del asiento!", alerta John Zorn sobre lo que Klezmerson logró con su material de Masada para la serie The Book of Angels.
Zorn quedó deslumbrado con lo que describió como una mezcla de la tradición musical de Oaxaca y Veracruz con un toque de Xavier Cugat, Henry Mancini y algo de psicodelia. Aunque el fundador de Klezmerson, Benjamín Shwartz, se incline más por decir son varios homenajes al mambo de Pérez Prado.
Les entregó en principio 14 canciones y libertad absoluta para trabajar. Durante un año, Klezmerson maquinó el estilo, tiempos y duración para estar a la altura de los 23 discos anteriores de The Book of Angels, todos aparecidos bajo el selecto sello Tzadik de Zorn. Al final, quedaron nueve canciones en el disco Amon.
El compositor y saxofonista neoyorquino escribió en 2006 unas 300 canciones que empezó a repartir entre su "hermética familia" de músicos como Marc Ribot y Cyro Baptista. Poco a poco, comenzó a abrirse a otros músicos. De Klezmerson supo por un disco que Baptista le entregó.
Querían que fuera muy mexicano. Klezmerson es una banda que desde su inicio, en 2003, intercala el Klezmer de Europa del Este con el son, el rock y el jazz. Pero en el disco, no todo se quedó en la música tradicional con la jarana, requinto y violín huasteco. Incluyeron trompetas y trombones para conseguir ese sonido arrabalero de los años 40.
"Es muy chilango", dice Shwarz, en medio de un ensayo de la banda en La Caja Sónica, previo a su concierto de hoy a las 21 horas en Bajo Circuito (Circuito Interior esq. Juan Escutia).
Zorn quedó deslumbrado con lo que describió como una mezcla de la tradición musical de Oaxaca y Veracruz con un toque de Xavier Cugat, Henry Mancini y algo de psicodelia. Aunque el fundador de Klezmerson, Benjamín Shwartz, se incline más por decir son varios homenajes al mambo de Pérez Prado.
Les entregó en principio 14 canciones y libertad absoluta para trabajar. Durante un año, Klezmerson maquinó el estilo, tiempos y duración para estar a la altura de los 23 discos anteriores de The Book of Angels, todos aparecidos bajo el selecto sello Tzadik de Zorn. Al final, quedaron nueve canciones en el disco Amon.
El compositor y saxofonista neoyorquino escribió en 2006 unas 300 canciones que empezó a repartir entre su "hermética familia" de músicos como Marc Ribot y Cyro Baptista. Poco a poco, comenzó a abrirse a otros músicos. De Klezmerson supo por un disco que Baptista le entregó.
Querían que fuera muy mexicano. Klezmerson es una banda que desde su inicio, en 2003, intercala el Klezmer de Europa del Este con el son, el rock y el jazz. Pero en el disco, no todo se quedó en la música tradicional con la jarana, requinto y violín huasteco. Incluyeron trompetas y trombones para conseguir ese sonido arrabalero de los años 40.
"Es muy chilango", dice Shwarz, en medio de un ensayo de la banda en La Caja Sónica, previo a su concierto de hoy a las 21 horas en Bajo Circuito (Circuito Interior esq. Juan Escutia).