NACIONAL

Una ovación para el 'héroe'

Antonio Baranda y Érika Hernández

(23 diciembre 2015) .-00:00 hrs

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Al suboficial Iván Morales Corrales le daban pocas esperanzas de vida. Llegó al hospital con quemaduras internas y externas en el 70 por ciento de su cuerpo, pero se aferró a la idea de conocer a su primogénito.

El 1 de mayo de 2015, este agente de la División de Inteligencia de la Policía Federal, recibió de su novia la noticia de que iba a ser papá.

No celebró porque estaba asignado a un operativo en Jalisco para detener a Nemesio Oseguera, "El Mencho", líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Las cosas no salieron bien: el helicóptero en el que viajaba fue derribado por miembros de ese grupo delictivo. Él fue el único que sobrevivió, otros ocho militares y una de sus compañeras murieron.

Ayer, los asistentes al Auditorio Nacional ovacionaron al suboficial durante 56 segundos. Mientras caminaba a paso lento hacia el Presidente Enrique Peña Nieto, unos 10 mil policías, familiares y funcionarios se pusieron de pie y le aplaudieron con fuerza.

El Primer Mandatario le agradeció su entrega, que casi le cuesta la vida, y le entregó el reconocimiento al Mérito Policial de Primera Clase. Después de estrecharle la mano, le pidió voltear hacia la multitud y las palmas arreciaron.

Marcado su rostro por las quemaduras, Iván esbozó una sonrisa.

Regresó a su lugar en la segunda fila detrás de la mesa principal, hasta la extrema izquierda. Minutos después, escuchó desde ahí el reconocimiento del Mandatario.

"Él, al igual que sus demás compañeros, sale a cumplir con su misión todos los días, con su tarea encomendada, pone su vida en riesgo. Para él y todos sus compañeros un tributo de reconocimiento por el empeño y dedicación de todos los días", dijo el Presidente.

Reconoció también a 73 agentes vivos, él fue el número 72, y a 12 mujeres -esposas, madres e hijas- que recibieron el diploma de sus policías muertos en acción.

La recuperación


Aquel 1 de mayo, el suboficial Morales, agente de la División de Inteligencia de la Policía Federal con cinco años de experiencia, fue trasladado al Hospital Central Militar, en la Ciudad de México, donde el diagnóstico inicial fue poco alentador.

Fue sometido a decenas de intervenciones quirúrgicas y, contra los pronósticos, se estabilizó poco a poco, y abandonó el hospital cinco meses después.

El personal del nosocomio comenzó a llamarlo "El héroe", y cuando pudo hablar lo primero que expresó fue su deseo de conocer a su hijo.

"Voy a ser papá", solía decir a enfermeras, médicos y funcionarios que lo visitaban, entre ellos el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, y el Jefe de la Policía Federal, Enrique Galindo.

Se casó en el área de terapia intermedia del Hospital Militar y cuando lo abandonó, lo hizo vestido con su uniforme de gala, hecho con tela especial. "No quiero irme derrotado", dijo entonces.

Ayer, compañeros entrevistados afuera del Auditorio Nacional, destacaron la relevancia de su recuperación.

"Es un héroe que arriesgó la vida. Compañeros como él debemos ser muchos, multiplicarnos", dijo el inspector Gilberto Zavala, otro de los galardonados.

Araceli Rodríguez, coordinadora estatal de la Policía Federal en el Estado de Quintana Roo, consideró que el suboficial Iván Morales dignifica a la Policía, pues es una muestra del sacrificio y amor al trabajo que tienen los miembros de la organización.

"Mi reconocimiento es cien por ciento sincero, pues sabemos que, como policías federales, nos enfrentamos a situaciones no contempladas en la vida, pero es un orgullo que, a pesar del problema, de la situación que vivió, él esté con nosotros y se le vea bien, se le vea con ánimo", planteó la coordinadora en Quintana Roo.

El agente abandonó la sede con discreción, acompañado por dos de sus compañeros, debido a que se le dificulta caminar, pero quienes lo conocen aseguran que su deseo es continuar en la corporación.

Con información de César Martínez y Héctor Gutiérrez