NACIONAL
Padece Topo Chico falta de celadores
Gabriel Talavera
(19 febrero 2016) .-00:00 hrs
Durante la masacre de 49 reos en el penal de Topo Chico había 38 celadores de turno en el reclusorio, que albergaba unos 3 mil 800 presos, aseguró ayer Jesús Fernando Domínguez Jaramillo, el detenido ex Comisario en Jefe de la Agencia de Administración Penitenciaria de Nuevo León.
Domínguez presentó las cifras a un juez en la audiencia de vinculación a proceso que enfrentaron ayer él mismo y la ex directora del Topo Chico, Gregoria Salazar Robles, que están acusados de ser, por omisión, los autores materiales de la matanza.
Precisó que los custodios de la guardia nocturna deberían ser 62, pero restando los que están de vacaciones, enfermos e incapacitados eran sólo 38.
En su exposición, el ex funcionario dijo que a las 23:30 horas del 10 de febrero, cuando inició la riña en el área de ampliación, esa zona tenía seis custodios.
De acuerdo con las cifras de Domínguez, al momento de la masacre había un custodio por cada 100 presos.
Normas oficiales internacionales señalan que debe haber mínimo un celador por cada 4 reos y máximo un custodio por cada 10 reclusos, informó la asociación Renace, especializada en justicia penal.
Pese a que se le ha solicitado, la administración del Gobernador Jaime Rodríguez no ha informado el número de celadores en los tres penales de Nuevo León.
En julio pasado, Roberto Flores, hoy Procurador estatal y entonces miembro del equipo de transición de Rodríguez, aseguró que había un déficit de 3 mil 885 celadores, pues se contaba con mil 613 y se necesitaban 5 mil 498.
Horas después de la matanza en el Topo Chico, Rodríguez dijo el jueves pasado a medios de la Ciudad de México que ese penal tenía 100 custodios.
En la audiencia de ayer, Domínguez argumentó que no había suficiente personal para frenar la masacre, por la cual está acusado con Salazar de homicidio calificado y abuso de autoridad en grado de autores materiales por omisión.
El ex Comisario -que fue nombrado, al igual que Salazar, en el sexenio de Rodrigo Medina-presentó como prueba un voluminoso documento con informes de 2012, 2013 y 2014, en los que se señala la falta de custodios y la sobrepoblación de los penales.
Esas condiciones, subrayó, fueron informadas a sus superiores, por lo que el Gobierno del Estado no puede decir que no sabía de las circunstancias en el penal.
"Ese informe se le entregó en julio del año pasado durante una reunión de transición a Roberto Flores", dijo Domínguez.
Salazar apoyó lo dicho por su superior.
Alexa tiene 18 meses de nacida y es por ahora la interna más joven del Penal del Topo Chico.
Como ella, hay cerca de 25 menores que están con sus madres en ese centro.
Alma Salazar Zapata, madre de la pequeña, está ahí desde 2014. Cumple una sentencia de cinco años por lesiones a otra mujer.
"Aquí nació, en realidad ella nunca ha salido del penal", dice la mujer de 30 años.
La niña es muy querida entre las otras internas por su comportamiento.
"Parece un adulto, no da problemas, pero eso sí, es caprichosa, mandona, y cuando se le mete algo en la cabeza está muele y muele", señala Sofía, una de las compañeras de celda.
Además, aseguran, es coqueta e inteligente.
"Piensa que vive en una casa gigante con todas sus tías", cuenta su mamá.
"De las mamás se puede comentar cualquier cosa por lo que hicieron allá afuera, pero aquí adentro, como mamás, mis respetos", indica una de las celadoras de Fuerza Civil.
Con información de Juan Carlos Rodríguez
Domínguez presentó las cifras a un juez en la audiencia de vinculación a proceso que enfrentaron ayer él mismo y la ex directora del Topo Chico, Gregoria Salazar Robles, que están acusados de ser, por omisión, los autores materiales de la matanza.
Precisó que los custodios de la guardia nocturna deberían ser 62, pero restando los que están de vacaciones, enfermos e incapacitados eran sólo 38.
En su exposición, el ex funcionario dijo que a las 23:30 horas del 10 de febrero, cuando inició la riña en el área de ampliación, esa zona tenía seis custodios.
De acuerdo con las cifras de Domínguez, al momento de la masacre había un custodio por cada 100 presos.
Normas oficiales internacionales señalan que debe haber mínimo un celador por cada 4 reos y máximo un custodio por cada 10 reclusos, informó la asociación Renace, especializada en justicia penal.
Pese a que se le ha solicitado, la administración del Gobernador Jaime Rodríguez no ha informado el número de celadores en los tres penales de Nuevo León.
En julio pasado, Roberto Flores, hoy Procurador estatal y entonces miembro del equipo de transición de Rodríguez, aseguró que había un déficit de 3 mil 885 celadores, pues se contaba con mil 613 y se necesitaban 5 mil 498.
Horas después de la matanza en el Topo Chico, Rodríguez dijo el jueves pasado a medios de la Ciudad de México que ese penal tenía 100 custodios.
En la audiencia de ayer, Domínguez argumentó que no había suficiente personal para frenar la masacre, por la cual está acusado con Salazar de homicidio calificado y abuso de autoridad en grado de autores materiales por omisión.
El ex Comisario -que fue nombrado, al igual que Salazar, en el sexenio de Rodrigo Medina-presentó como prueba un voluminoso documento con informes de 2012, 2013 y 2014, en los que se señala la falta de custodios y la sobrepoblación de los penales.
Esas condiciones, subrayó, fueron informadas a sus superiores, por lo que el Gobierno del Estado no puede decir que no sabía de las circunstancias en el penal.
"Ese informe se le entregó en julio del año pasado durante una reunión de transición a Roberto Flores", dijo Domínguez.
Salazar apoyó lo dicho por su superior.
Tiene 18 meses la más pequeña del penal
Alexa tiene 18 meses de nacida y es por ahora la interna más joven del Penal del Topo Chico.
Como ella, hay cerca de 25 menores que están con sus madres en ese centro.
Alma Salazar Zapata, madre de la pequeña, está ahí desde 2014. Cumple una sentencia de cinco años por lesiones a otra mujer.
"Aquí nació, en realidad ella nunca ha salido del penal", dice la mujer de 30 años.
La niña es muy querida entre las otras internas por su comportamiento.
"Parece un adulto, no da problemas, pero eso sí, es caprichosa, mandona, y cuando se le mete algo en la cabeza está muele y muele", señala Sofía, una de las compañeras de celda.
Además, aseguran, es coqueta e inteligente.
"Piensa que vive en una casa gigante con todas sus tías", cuenta su mamá.
"De las mamás se puede comentar cualquier cosa por lo que hicieron allá afuera, pero aquí adentro, como mamás, mis respetos", indica una de las celadoras de Fuerza Civil.
Con información de Juan Carlos Rodríguez
