OPINIÓN

Detrás de la raya

Juan Villoro EN REFORMA

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Conocí a Rogelio Naranjo hacia 1978, en el Partido Mexicano de los Trabajadores. Cada sábado nos reuníamos a reinventar el país en asambleas eternas. Cualquiera podía opinar y pedir que se cambiara de rumbo. Las sesiones eran presididas por dos eminentes egresados de la cárcel de Lecumberri, el ex líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo y Heberto Castillo, creador de patentes de construcción y miembro de la Coalición de Maestros durante el movimiento estudiantil del 68. Ante las torrenciales intervenciones de los militantes, Vallejo reaccionaba con paciencia y chistes de ocasión y Heberto con pedagógica ironía.