OPINIÓN

El reflejo de la unidad

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Habría que empezar reconociendo que nadie ha sabido enfrentarlo y que no hay país que sea tan vulnerable a sus caprichos como el nuestro. Sus ideas son aberrantes y su conducta demencial. No solamente hay que tratar con un demagogo que desprecia cualquier hecho que le incomoda, sino con un malcriado propenso al berrinche. Tomó por asalto a un partido que no era siquiera el suyo, derrotó a dos dinastías, rompió las reglas de la competencia, desairó a todos los medios, humilló a los expertos. Es el presidente de Estados Unidos y, para desgracia del mundo, está empeñado en cumplir sus promesas. Ha declarado la guerra a los medios, le ha dado la espalda a los perseguidos; amenaza con romper las leyes para intimidar a su vecino. Sus voceros mandan callar a la prensa y elogian con desparpajo las mentiras del poder. Ese es el personaje que tenemos en frente.