OPINIÓN

¿Vibrar o no?

Denise Dresser EN REFORMA

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¿Vibrar o no vibrar? ¿Marchar o descalificar? ¿Enfrentar a Trump o denunciar a Peña Nieto? Esas fueron las preguntas hamletianas que dominaron el debate público en los últimos días, evidenciando nuestras divisiones, recalcando nuestras animadversiones, restando en vez de sumar. El debate se centró en los motivos turbios de unos y los cuestionamientos tramposos de otros. Que si la izquierda podía ir a una marcha convocada por la derecha. Que si uno debía marchar codo a codo con quienes siempre han descalificado las marchas y raras veces se paran en una. La discusión se volvió un pleito sobre quién posee el monopolio moral de las marchas: la "izquierda" purista que solo bendice a marchas cuando las convoca, o la "derecha" que las condena excepto cuando validan sus intereses.