OPINIÓN

Camarilla Clorox

Denise Dresser EN REFORMA

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Con jergas. Con toallas. Con trapeadores. Con desinfectantes por aquí y por allá. El equipo de limpieza del Estado mexicano está laborando de tiempo completo para eliminar todo lo que pudiera ensuciar su imagen. Las trabajadoras domésticas de Los Pinos no paran. He allí a Osorio Chong, cubeta en mano, defendiendo la limpieza de la Ley de Seguridad Interior y al Ejército chantajista que la exige. He allí al personal de la PGR, tallando a Raúl Cervantes -el Fiscal Carnal- con loción antibacterial, esperando eliminar el mal olor que produce su falta de autonomía. He allí a Roberto Campa, con toallitas desinfectantes, defendiendo la pulcritud de la "verdad histórica" sobre Ayotzinapa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mientras los padres de los 43 miran incrédulos. Tantos intentando desinfectar, quitar las manchas, transformar a Enrique Peña Nieto en un sonriente y autocomplaciente Mr. Clean.