OPINIÓN

#NoEsDeHombres

Denise Dresser EN REFORMA

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La mano que aprieta la nalga en el Metro. La mano que mete la mano debajo de la blusa o entre las piernas. La mano que suelta la bofetada, propina el puñetazo o estrangula. Esa mano masculina a la cual tantas mujeres temen porque han padecido el dolor que produce o la humillación que provoca. Mano machista, mano sexista, mano misógina, mano maleducada. Omnipresente en el transporte público, en las escuelas, en las universidades, en los parques, en los baños públicos, en los propios hogares. Cinco dedos activos en la extremidad del juez que ampara a un Porky acusado de pederastia, con los cuales redacta una posición que resume cómo México todavía trata a sus mujeres.