OPINIÓN

Explíquese, Sr. Peña

Denise Dresser EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
La corrupción, la maldita corrupción. Como residuo tóxico desparramándose día tras día, nota tras nota, periodicazo tras periodicazo. Embarrando con frecuencia a Tomás Yarrington. Con frecuencia a Javier Duarte. A veces a Humberto Moreira. En ocasiones a Enrique Peña Nieto. Nadie del PRI parece salvarse de lo que hoy es la principal causa de la insatisfacción política, la principal razón detrás del desasosiego nacional. Y ante ello, quien debería ser baluarte y ejemplo, adalid y artífice de la lucha contra la corrupción, guarda un ominoso silencio. El Sr. Presidente, callado, obliterado, o dando discursos que no dicen nada y esquivan el tema central de nuestro tiempo. O nombrando apresuradamente a 18 jueces anticorrupción sin la debida auscultación para determinar su idoneidad para el puesto. Protegiendo al PRI, protegiéndose.