OPINIÓN

A 'bullear'

Denise Dresser EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Enrique Peña Nieto se siente asediado, acorralado, injustamente criticado. La sociedad civil lo bullea. Lo señala. Le exige. Y en lugar de reconocer los errores y comprometerse a corregirlos, culpa a las víctimas del mal desempeño gubernamental. Esos ciudadanos tan quejumbrosos, tan malagradecidos que deberían aplaudir y vitorear su sexenio. Pero para el Presidente acosado va un recordatorio: él es empleado de quienes -vía los impuestos- pagan su sueldo y tienen derecho a resaltar lo que no funciona, lo que no sirve, las decisiones y omisiones que han llevado a que sólo cuente con 7 por ciento de aprobación. Si la exigencia, en su mente, es acoso, entonces asumámonos como acosadores. Si la demanda legítima, en su cabeza, es maltrato, entonces a bullear. Porque hay tantas razones para hacerlo.