OPINIÓN

Sheinbaum vs. Chertorivski

Genaro Lozano EN REFORMA

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La contienda por la Presidencia de México ocupa la mente y la atención del debate nacional, pero la pelea por la Ciudad de México será parte fundamental del futuro del país, ya que quien ocupa la Jefatura de Gobierno se convierte en la sombra de quien ocupa Los Pinos, una sombra que con Mancera lamentablemente se convirtió en una de complicidades en lugar de disidencia, como había sido la de sus predecesores.

El PRI y Morena ya tienen asegurados candidatos. Claudia Sheinbaum es hoy la puntera en las encuestas y quien llega en la posición más fuerte a la contienda por la ciudad, mientras que el PRI probará suerte con Mikel Arriola, un funcionario prácticamente desconocido en una ciudad que desde inicios del nuevo milenio le ha dado la espalda al tricolor. El contraste entre la fortaleza con la que llega Sheinbaum y la imposible tarea de Arriola es abismal. Aquí no hay sorpresas.

Donde sí puede haber una sorpresa en el autodenominado, hasta hace unos días, Frente Ciudadano por México. La supuesta inevitabilidad de Alejandra Barrales como la candidata a la Jefatura de Gobierno no es tal. La simulación a la que nos tienen acostumbrados los partidos se cumple con la precandidatura de Armando Ahued, un funcionario responsable, pero cuya ambición no parece otra cosa más que una simulación para la contienda por la candidatura del Frente.

Alejandra Barrales tiene una buena trayectoria pública. Ha sido senadora, secretaria en la Ciudad de México, líder sindicalista y presidenta nacional de su partido. A Barrales le tocó el peor momento del PRD, el de los restos de un partido que impulsó la ampliación de las libertades en la Ciudad de México y del que no queda más que una bizarra alianza electoral con su némesis, el PAN. Con la apuesta por el Frente, Barrales carga consigo, al igual que Mancera, el haber desdibujado ideológicamente a su partido y el haberlo enterrado en la que había sido su posición más fuerte, la Ciudad de México.

Sin embargo, el registro de la precandidatura de Salomón Chertorivski podría abrir una posibilidad para el PRD en la Ciudad de México. Chertorivski ha sido un funcionario sólido en la capital y también en el gobierno federal. En su paso por la Secretaría de Salud federal impulsó la cobertura gratuita para los niños con cáncer. Como secretario de Desarrollo Económico de la ciudad dio la batalla por incrementar el salario mínimo, impulsó energías limpias en la ciudad, apoyos a micro y medianas empresas y la recuperación de los mercados públicos, entre otros.

Chertorivski tiene varios desafíos por delante. En primer lugar, quitarle la inevitabilidad a Barrales, lo cual es ya un reto enorme. Además, si logra hacer esto deberá tomar distancia de Miguel Ángel Mancera y su baja popularidad en la Ciudad de México. Un tercer reto son las coincidencias con José Antonio Meade, ya que ambos comparten el haber sido compañeros de gabinete federal, así como el haber trabajado para gobiernos de dos partidos. Meade y Chertorivski también tienen el estigma de haber estudiado en el ITAM.

Además de esos retos, si Chertorivski logra la candidatura del Frente, su principal reto será alcanzar en las encuestas a Sheinbaum. La más reciente encuesta de Reforma sitúa a Morena 12 puntos arriba del Frente en la ciudad. La tarea no es nada sencilla y menos por el hecho de que el PRD llega desgastado a la contienda tras 20 años de haber gobernado la ciudad.

Aun así la candidatura de Chertorivski elevaría el debate en la contienda por la Ciudad de México. Sheinbaum y Chertorivski son sin duda los candidatos mejor educados de todos los que están en la pelea. Si al final la contienda se reduce a ellos dos, tendríamos mejores candidatos por la Jefatura de Gobierno que por la Presidencia. Con una contienda de nivel y con esos candidatos, saldríamos ganando los capitalinos.