OPINIÓN

Ackerman y Lozano

Juan E. Pardinas EN REFORMA

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Este año tuve la suerte de que cayeran ante mis ojos dos novelas portentosas de compasión y crueldad: El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura, y Patria, de Fernando Aramburu. Son dos novelas históricas que en una primera lectura no tienen ninguna conexión entre sí. Sin embargo, ambas están hilvanadas por una narrativa común: el odio político acaba por enfermar el alma de cada uno de los personajes que se pasean por sus páginas. En el libro de Padura es el comunismo el que destruye la vida tanto de los verdugos como de las víctimas. En Patria, el salvaje nacionalismo antiespañol de la ETA es el veneno maldito que acorta vidas y asesina sueños.