OPINIÓN

Chamuscados

Denise Dresser EN REFORMA

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Chihuahua, el horno de la política nacional. Chihuahua la estufa donde estaba colocado el comal de la corrupción. Chihuahua, hirviendo a fuego lento y achicharrando a tantos. Secretarios de Hacienda y dirigentes priistas y periodistas y morenistas, con quemaduras de tercer grado por las posiciones que han asumido, las mentiras que han dicho, las triangulaciones que han ocultado, el esfuerzo de combate a la corrupción que buscan sabotear. Pero no lo logran, todos los días la cruzada chihuahuense gana más adeptos y con razón. Ahí se está cocinando el desafío más importante al régimen priista que hemos visto en décadas. Ahí en las cajas fuertes que César Duarte dejó tras de sí, en los documentos que han salido a la luz en el juicio contra el operador priista Alejandro Gutiérrez, en los contratos elaborados y los recibos firmados, está ADN del PRI. Recaudar y triangular y robar y desviar. Lo intuíamos, lo percibíamos, lo sugeríamos, ahora lo sabemos. Y cuando la Caravana por la Dignidad arribe a la Ciudad de México exhibirá a los carbonizados por Chihuahua: