OPINIÓN

Las ruinas del PRD

Christopher Domínguez Michael EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
El Estado comienza en la Presidencia de la República y termina en el más humilde de los presidentes municipales. Por ello, es propio decir que los crímenes cometidos en Iguala, hayan tenido o no un explícito propósito de represión política, fueron un crimen de Estado que daña irremediablemente al PRD, quien postuló y respaldó como alcalde a un criminal ligado al narcotráfico. Ello no quiere decir que ninguno de los tres poderes de la Unión sea culpable, pero es un crimen de Estado cuya responsabilidad es compartida.