OPINIÓN

Atornillen los ceniceros

Juan E. Pardinas EN REFORMA

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Esta es una historia verídica que ocurrió hace pocos años en un invierno de Madrid. Dos mexicanos se encontraban en una ceremonia del Banco de España, con las principales autoridades financieras de aquel país. A uno de ellos le gustó un cenicero de cristal y le pareció fácil meterse disimuladamente el objeto en la bolsa de su abrigo. El otro mexicano le recriminó su desvergüenza cleptómana y lo amenazó con denunciar el hurto a los guardias del Banco. Ante la presión de la denuncia, el compatriota manilargo decidió devolver el cenicero al sitio donde lo encontró. El mexicano honesto es un ex funcionario vinculado al sector financiero que quedará en el anonimato, el frustrado ladrón se llama Fidel Herrera, quien fue gobernador de Veracruz y hoy es cónsul en Barcelona.