OPINIÓN

40 ladrones

Denise Dresser EN REFORMA

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 Los priistas están de nuevo en el banquillo de los acusados. Arremolinados alrededor de Humberto Moreira, se preguntan cómo contestar o qué ataques lanzar. Están pasmados. Llevan tres años atribulados en Los Pinos y quieren desesperadamente permanecer en el lugar que tan bien los nutre, en el sitio que a tantos engorda. Por ello, intentan deslindarse del ex dirigente del PRI. Intentan argumentar que el suyo es un caso aislado. Un problema personal y no institucional. Quieren mantener un partido unido. Una maquinaria engrasada. Pero por más que tratan de protegerse de manera conjunta como alguna vez lo hicieron, todo sale mal.