OPINIÓN

El americano

COLABORADOR INVITADO / Luis Ramón Carazo EN REFORMA

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La Universidad de Notre Dame tiene desde 1936 ocho Campeonatos Nacionales Colegiales. Desde 1988 no lo han logrado. Para alcanzarlo en 2010, nombraron a Brian Kelly head coach, él se apoya para su gestión en su nivel de administración medio más que otros head coaches. Bajo su batuta, la Universidad de Cincinnati logró 2 temporadas perfectas y pudo ubicarse en la pelea para competir por el Campeonato Nacional en los primeros sitios, por eso ahora que ya logró llevar a Notre Dame en 2013 a la final (aunque en la disputa por el Campeonato Nacional fueron barridos por la Marea Púrpura de Alabama con diez títulos nacionales desde 1936 y que ya es una dinastía ganadora, a cargo de Nick Saban, uno de los mejores de la historia) me pareció útil repasar el método que usa Kelly para convertir a sus equipos en ganadores. Con base en tres acciones clave: la primera es asegurarse de que su equipo de coaches le reporta, comunica y comparte las metas en cada sección del equipo; la segunda, establecer una cultura que permita la ejecución eficiente y la orientación hacia metas en la cancha y en la administración, y la tercera, la contribución de los jugadores en la gestión como parte clave del intento estratégico para lograr resultados positivos. Lo último, tal como sucede en diversas organizaciones, es fundamental, pues en el campo de juego el éxito depende de los jugadores, de la misma manera que las organizaciones dependen de sus operarios para ejecutar y cambiar sobre la marcha la estrategia. Kelly gestiona con siete pasos para clarificar lo que busca en cada individuo y en el equipo: carácter: "una persona con carácter tiende a tomar más decisiones asertivas y lidia mejor con la incertidumbre"; cohesión colaborativa: "cada persona del staff puede aportar, lo cual incluye la oportunidad de que los jugadores expresen ideas de cómo funcionar mejor"; claridad: "hacer la pregunta: ¿cuál es el lenguaje corporal verbal y no verbal que transmites cuando te comunicas?"; reconocer en qué eres bueno: "conoce cuáles son tus fuerzas, las fuerzas de tu staff y sólo entonces delega"; tener una mentalidad abierta al cambio: "propiciar buenos head coaches, tener la disposición para cambiar la forma de lograr los objetivos y eliminar el síndrome de 'nunca lo hemos hecho así', sin complejos"; el head coach como un facilitador: "coachea para mejorar las habilidades de coachear a los jugadores y promueve que ellos te propongan cambios"; pensamiento creativo: "la creatividad separa a los grandes de los buenos coaches". Por su victoriosa parte, Nick Saban, de la Universidad de Alabama, se concentra en que sus jugadores se enfoquen a ejecutar a plenitud juego por juego, la lección de Saban es que su equipo se debe enfocar al juego actual y no en el juego siguiente, ese es el principio en el que confía y que le ha dado tres títulos nacionales en cuatro temporadas y su concepto no aparece tan lejano al de Kelly. Su proceso se sustenta en que cada uno logre mejorar cada día; por ejemplo, si alguien necesita mayor musculatura para mejorar, lo debería de hacer por él pero comprendiendo cómo cooperar con los demás y hacerlo. Nick creció con la idea de que de nada sirve ser el mejor si no colabora con los otros. La manera de dirigir de Brian Kelly y de Nick Saban promueve la dinámica en la que nos movemos hoy en día, el descentralizar y el facultar con responsabilidad es lo más recomendable para lidiar con el futuro y poder competir en el mercado de tiburones en el que nos movemos. A Saban y la Universidad de Alabama ya les dio resultados impresionantes, veremos cómo le va a Kelly en el futuro ahora que se quedó a un paso de la victoria anhelada.