OPINIÓN

Con ella

Denise Dresser EN REFORMA

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Lo recuerdo vívidamente. Una pequeña cena de mujeres mexicanas con Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado. Eramos alrededor de veinte, paradas en fila, esperando ser saludadas. Cuando llegó mi turno recuerdo que me estrechó la mano con firmeza y dijo "Muy buena tu columna editorial de ayer". Me impactó. Yo había escrito algo para el Los Angeles Times sobre su viaje en el contexto de la relación bilateral, y pensé que tendría el mismo efecto que muchas columnas publicadas a lo largo de los años. O sea, ninguno. Pero frente a mí estaba una mujer que había hecho su tarea, que se había preparado para su visita, que había leído su "briefing book", que recordaba el nombre de la analista y el argumento esgrimido. Lo demostró a lo largo de la noche, más interesada en hablar de política pública que de sí misma.