OPINIÓN

La armonía social y la razonabilidad de la fe hacen necesaria la separación entre la verdad religiosa y la legalidad civil

El estado laico es un valor

COLABORADOR INVITADO / David Fernández EN REFORMA

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Las religiones son sobre todo formas que tiene la humanidad para expresar lo que valora, lo que ha experimentado como ultimidad, lo que desea y en lo que confía. Son parte extraordinaria del esfuerzo humano por comunicar y compartir el sentido de la existencia y el rumbo que ha elegido para darle a su vida. Incluyen, ciertamente, datos revelados, pero son siempre interpretaciones y valoraciones de la vida y no son la descripción rigurosa del funcionamiento del mundo y el universo. Esto corresponde a las ciencias. Restar autonomía a la razón y a las ciencias respecto de las creencias de fe ha conducido a incontables errores y numerosos crímenes. Entre ellos a la inquisición, a prohibir toda intervención médica y las transfusiones sanguíneas, a legitimar la esclavitud, a la condena de Galileo, al rechazo del Big Bang o de la teoría de la evolución, a la prohibición de la mezcla de "razas", etcétera. Ahora conduce a deslegitimar la teoría de género (que no ideología).