OPINIÓN

Árbitros amañados

Denise Dresser EN REFORMA

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Algo está mal con los árbitros. Algo está mal con los réferis. Algo no funciona con los que deberían presidir el juego electoral de forma imparcial pero no logran hacerlo. El Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, antes aplaudidos por su profesionalismo y hoy criticados por su politización. Antes celebrados por su neutralidad, hoy cuestionados por alejarse de ella. Frente a las obvias irregularidades en el Estado de México, nunca sonaron el silbato, ni sacaron la tarjeta roja, ni expulsaron a jugadores que metieron el pie o cambiaron la portería de lugar. Permitieron las trampas y los fauls y el juego sucio. Avalaron un partido en el cual el equipo del Estado metió a veinticinco jugadores a la cancha y avasalló en ella, de mala manera. Y con ello autorizaron un autogol a la democracia que debían vigilar y hoy debilitan. Los árbitros en México no previenen o sancionan las mañas; las permiten.