Me encantan la mentira y la difamación porque son transparentes como el agua y tarde o temprano se conocen. Tomo en serio los ataques al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) que son, por definición, el ataque a la institucionalidad. ¿La estrategia? Amputarle sus facultades, bien en derecho de las audiencias, bien en interconexión. Creyéndose alumnos de Filipo de Macedonia estos sarracenos piensan: "si entro en Laconia, arrasaré Esparta".