OPINIÓN

Huéspedes de la acera se quedaron sin energía eléctrica y aguardan-temen las réplicas sísmicas

La ciudad se humaniza

Eduardo R. Huchim EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Quisieron los dioses del Anáhuac jugarles una mala pasada a los capitalinos-chilangos y, cuando recordaban a las víctimas del gran sismo de 1985, les mandaron un terremoto, devastador para una amplia porción de la Ciudad de México.