México ha estado paralizado desde que comenzó la novela ¿tragedia? Trump. El hoy presidente estadounidense utilizó una serie de símbolos fáciles de visualizar por el electorado para ganar su elección, sobre todo el muro y el TLC, muchos de los cuales eran contrarios a nuestros intereses y denigrantes para los mexicanos. En la etapa electoral había buenas razones para no responder a sus acusaciones e insultos, evitando con ello darles más pólvora a sus amenazas e injurias. De hecho, hubo un análisis de Nate Silver que mostraba una correlación entre las declaraciones que hacía Vicente Fox y la mejoría de Trump en las encuestas: cuando se le respondía, sus números mejoraban, factor que se extremó con la inusitada invitación al personaje. La estrategia de no responderle durante la campaña tenía una lógica impecable pero, una vez resuelta aquella contienda, la racionalidad de aquella estrategia dejó de tener sentido. A pesar de ello, esa concepción parece persistir en la forma de conducir las negociaciones sobre el TLC, misma que, claramente, no está funcionando.
Presidente de CIDAC, institución independiente de investigación. Fue presidente de la asociación de estudiosos de riesgo político y miembro de la CDHDF. Recibió el Premio Dag Hammarksjold (93) y el Nacional de Periodismo (98). Entre sus libros están El Dilema de México: los orígenes políticos de la crisis económica y Clasemediero: pobre ya no, desarrollado aún no. Es doctor en ciencia política y tiene especialización en administración financiera.