OPINIÓN

Verde que te detesto verde

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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Hay quien dice que la obra maestra de Flaubert fueron sus cartas. Más que en sus novelas, en su correspondencia se encuentra la vida de la escritura, la chispa crítica, la ironía y el veneno. En una de ellas encuentro la confesión de su antipatía profunda por los partidos políticos. "No tengo simpatía alguna por ningún partido político o, mejor dicho, los aborrezco a todos, porque todos me parecen igualmente limitados, falsos, pueriles, empleados en lo efímero, sin visión de conjunto y sin elevarse jamás más allá de lo útil. Odio todo despotismo. Soy un liberal rabioso". Es grato transcribir estas palabras. Hacerlas propias al reescribirlas. Partidos aborrecibles: partidos reptantes, embusteros, miopes, triviales. Pero no todos los partidos son igualmente aborrecibles. En el México de hoy destaca uno más abominable que el resto, más odioso que todos los demás. Es, para mí, el Partido Verde, partido canalla, como lo ha llamado Jorge Alcocer.