Defiende Toledo el maíz auténtico
Yanireth Israde
Cd. de México (22 agosto 2015) .-00:00 hrs
"¡Cómo se asustan con la rata llena de bolas! ¡Es impresionante!", cuenta Francisco Toledo.
Se refiere a las fotografías de un roedor deforme por la proliferación de tumores: el animal de laboratorio, alimentado con transgénicos, ilustra los folletos que reparte el pintor entre campesinos de Oaxaca.
A este material le llama "píldoras informativas" para explicar los inconvenientes de sembrar maíz genéticamente modificado.
La orden judicial del pasado miércoles, que libera al medio ambiente el maíz transgénico -impugnada ya legalmente- abre un nuevo capítulo en la defensa del grano nativo, con la participación del artista plástico como emblema del movimiento.
"Ya me voy a quedar aquí (en la Ciudad de México), para que no me persigan", dice en referencia a las intimidaciones que ha sufrido en su Estado por oponerse a la construcción del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca en el Cerro del Fortín.
-Pero no sería usted entonces.
"No quiero ser yo", responde en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica, donde lo acompaña Elena Álvarez-Buylla Roces, investigadora del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM.
Junto con Toledo, la académica advierte que el maíz nativo y el transgénico no pueden convivir, pues el primero se contaminaría de manera irreversible.
"Esto destruiría por completo la economía campesina y la posibilidad de comer maíz verdadero. El que nos tratan de imponer, le llamo maíz botarga. Contiene tóxicos como el glifosato, que es cancerígeno y con altos contenidos de almidones que están produciendo problemas de obesidad y diabetes".
Puede además destruirse un patrimonio, una sabiduría tradicional ligada al maíz auténtico, ése que desgranó de niño, platica Toledo.
"Los familiares de mi padre sembraban y me tocó desgranar el maíz, uno que se da mucho en el Istmo, muy chico, llamado zapalote. De noche desgranábamos con las tías el maíz y alrededor del desgrane se platicaban historias, por ejemplo de espantos, y un poco también la historia de la familia. Son recuerdos que me quedaron grabados", dice.
Con maíz se juega la lotería y se adivina en Teotitlán del Valle, Oaxaca, añade el pintor.
Sin maíz auténtico este País puede despedazarse, previene Álvarez-Buylla.
"El ataque a la agricultura campesina vía los transgénicos y otras formas tecnológicas está muy ligado a la destrucción del tejido social, a la posibilidad de que la inseguridad penetre y todas las formas perversas de crimen organizado cundan".
O puede conducir a suicidios por el pago de semillas patentadas, como en la India.
"Se ha comprobado cientificamente que el aumento de suicidios en campesinos se debió a la introducción de semillas que generaron dependencia y endeudamiento irreversible de los productores de algodón".