En la vida pública, dicen los políticos, no hay nada más importante que el timing. Una misma acción puede tener efectos dramáticamente distintos, dependiendo del momento en que se emprenden. Eso no le hubiera sorprendido a San Agustín, quien desde el siglo V había afirmado que "el tiempo es presente en tres facetas: el presente como lo experimentamos; el pasado como memoria presente; y el futuro como expectativa presente". El problema de nuestra era es que esos tres momentos se han comprimido, convirtiendo al famoso "timing" en la variable más importante de la administración económica, si no es que, de facto, la única relevante.
Presidente de CIDAC, institución independiente de investigación. Fue presidente de la asociación de estudiosos de riesgo político y miembro de la CDHDF. Recibió el Premio Dag Hammarksjold (93) y el Nacional de Periodismo (98). Entre sus libros están El Dilema de México: los orígenes políticos de la crisis económica y Clasemediero: pobre ya no, desarrollado aún no. Es doctor en ciencia política y tiene especialización en administración financiera.