OPINIÓN

Aprender de Uber

Juan E. Pardinas EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
La noche del 19 de mayo de 2004, Lizbeth Salinas Maciel salió de las oficinas del IFAI en Insurgentes Sur para tomar un taxi que la llevó a su muerte. Unas horas más tarde, la joven de 26 años fue encontrada agonizante cerca de la avenida Marina Nacional. El forense describió el crimen como de "extrema violencia". Egresada del CIDE, Lizbeth tenía planeado hacer un doctorado en Inglaterra, pero murió cuatro días después de la agresión en el Hospital Metropolitano. Su asesinato fue uno de los catalizadores para que cientos de miles de personas salieran a las calles de la Ciudad de México a marchar contra la violencia en junio del 2004. En las crónicas periodísticas de la manifestación se lee que los asistentes coreaban las consignas de: ¡Basta ya de impunidad! ¡Basta de violencia! ¡Basta ya de corrupción! Eso fue hace 11 años. Si el servicio de transporte Uber hubiera funcionado en aquel entonces, tal vez Lizbeth Salinas estaría hoy viva.