NACIONAL
Rezaga México su esperanza de vida.-OCDE
Adriana Alatorre
Cd. de México (07 enero 2016) .-00:00 hrs
México tiene la esperanza de vida más baja de todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el rezago se amplía cada vez más.
Entre 2000 y 2013, los países del organismo aumentaron sus expectativas al pasar de 77.1 a 80.4 años, pero en México sólo pasaron de 73.8 a 74.6, según el informe "Estudios de la OCDE sobre los sistemas de salud, México 2016", presentado ayer por el titular del organismo, José Ángel Gurría.
En 2000, la brecha era de casi cuatro años, mientras que para 2013 era de casi seis, lo cual, según el análisis, quizá se deba al poco avance en la atención de enfermedades.
Por ejemplo, las muertes por males cerebrovasculares sólo se han reducido 38 por ciento desde 1990, disminución modesta en comparación con el 54 por ciento que reportan los demás países.
"Es aún más desconcertante que las muertes por cardiopatía sólo han disminuido 1 por ciento, en contraste con la reducción de 48 por ciento de los demás países", alertó.
Gurría destacó además que más de 15 por ciento de los adultos tiene diabetes, porcentaje que representa más del doble del promedio de la OCDE, de 6.9 por ciento.
Durante la presentación del documento, a la que acudieron la Secretaria de Salud, Mercedes Juan, y los directores del IMSS y el ISSSTE, José Antonio González Anaya y José Reyes Baeza, el titular de la OCDE indicó que persisten desafíos considerables, como la atención a las tasas de sobrepeso y obesidad en la población.
Planteó que el problema fundamental de los servicios de salud de México radica en que la atención médica se presta por medio de diversos institutos de seguridad social desconectados entre sí.
Según el documento, la fragmentación interrumpe la continuidad de la atención médica y se traduce a un mal uso de los recursos.
Si bien entre 2003 y 2013 el gasto público en atención médica pasó de 2.4 a 3.2 por ciento del PIB, agrega, un mayor gasto no siempre se traduce en mejores servicios.
González Anaya señaló que México está en medio de una transición a un nuevo sistema de salud.
"No debemos buscar un sistema único, pero sí un sistema único de reglas, de los avances tenidos en convenios de intercambio con el ISSSTE y Seguro Popular. Del 2012 al 2015 se ha aumentado 80 veces el intercambio de servicios con otros proveedores de salud", dijo.
Por su parte, Reyes Baeza destacó que el Estado enfrenta retos que lo hacen ver desbordado por los requerimientos de una ciudadanía universalizada, para cuya atención ya no tienen capacidad económica y organizacional.
Entre 2000 y 2013, los países del organismo aumentaron sus expectativas al pasar de 77.1 a 80.4 años, pero en México sólo pasaron de 73.8 a 74.6, según el informe "Estudios de la OCDE sobre los sistemas de salud, México 2016", presentado ayer por el titular del organismo, José Ángel Gurría.
En 2000, la brecha era de casi cuatro años, mientras que para 2013 era de casi seis, lo cual, según el análisis, quizá se deba al poco avance en la atención de enfermedades.
Por ejemplo, las muertes por males cerebrovasculares sólo se han reducido 38 por ciento desde 1990, disminución modesta en comparación con el 54 por ciento que reportan los demás países.
"Es aún más desconcertante que las muertes por cardiopatía sólo han disminuido 1 por ciento, en contraste con la reducción de 48 por ciento de los demás países", alertó.
Gurría destacó además que más de 15 por ciento de los adultos tiene diabetes, porcentaje que representa más del doble del promedio de la OCDE, de 6.9 por ciento.
Durante la presentación del documento, a la que acudieron la Secretaria de Salud, Mercedes Juan, y los directores del IMSS y el ISSSTE, José Antonio González Anaya y José Reyes Baeza, el titular de la OCDE indicó que persisten desafíos considerables, como la atención a las tasas de sobrepeso y obesidad en la población.
Planteó que el problema fundamental de los servicios de salud de México radica en que la atención médica se presta por medio de diversos institutos de seguridad social desconectados entre sí.
Según el documento, la fragmentación interrumpe la continuidad de la atención médica y se traduce a un mal uso de los recursos.
Si bien entre 2003 y 2013 el gasto público en atención médica pasó de 2.4 a 3.2 por ciento del PIB, agrega, un mayor gasto no siempre se traduce en mejores servicios.
González Anaya señaló que México está en medio de una transición a un nuevo sistema de salud.
"No debemos buscar un sistema único, pero sí un sistema único de reglas, de los avances tenidos en convenios de intercambio con el ISSSTE y Seguro Popular. Del 2012 al 2015 se ha aumentado 80 veces el intercambio de servicios con otros proveedores de salud", dijo.
Por su parte, Reyes Baeza destacó que el Estado enfrenta retos que lo hacen ver desbordado por los requerimientos de una ciudadanía universalizada, para cuya atención ya no tienen capacidad económica y organizacional.
