OPINIÓN

La coproducción del héroe

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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No puede negarse que la recaptura del criminal es un éxito importante del gobierno federal. Su fuga había sido una burla mundial, una humillación al gobierno que lo había aprisionado y que había permitido su escape. El éxito, sin embargo, no es otra cosa que la reparación de un daño que el propio gobierno se había provocado. Por supuesto que da gusto encontrar las llaves que uno mismo pierde pero difícilmente podría decirse que recuperarlas sea una hazaña. Curioso orgullo: la proeza de reparar el error propio. No puede olvidarse que el gobierno de Peña Nieto dejó escapar al criminal y que, hasta la fecha, sigue sin aclarar las complicidades que lo permitieron. Culpable de un error monumental, el gobierno que lo corrige declara: Misión cumplida.