CIUDAD
Levanta CDMX paraderos ¡y no los usa!
Alberto Acosta
Cd. de México (27 junio 2016) .-00:00 hrs
Cuatro paraderos de autobuses en los que el Gobierno de la Ciudad invirtió más de 486 millones de pesos no son utilizados.
En tanto, en las inmediaciones, diversas rutas de transporte generan caos vial al usar las calles como bases.
Se trata de los Centros de Transferencia Modal (Cetram) de Buenavista, Tláhuac, Periférico Oriente y Santa Anita, los cuales, en conjunto, suman una área de 42 mil 500 metros cuadrados.
Los de Tláhuac y Periférico Oriente, ambos de la Línea 12 del Metro, se inauguraron en enero de 2014.
El primero costó 261 millones de pesos y tiene una capacidad para mil 800 unidades de transporte, pero apenas lo ocupan 50 camiones de las rutas 44, 62 y 51 en 2 de las 5 bahías, que suman 20 mil metros cuadrados.
El de Periférico Oriente está abandonado, al igual que la plaza comercial, que tiene abiertos 10 de 160 locales.
El paradero y la plaza fueron construidos sobre 9 mil metros cuadrados con una inversión de 200 millones de pesos.
Dicho Cetram se diseñó para un aforo de mil 100 autobuses, pero sólo lo usan esporádicamente unidades de RTP en una de sus 5 bahías.
También en 2014, como obra complementaria al Tren Suburbano, se terminó el paradero de Buenavista -en el cual se invirtieron 25 millones de pesos-, pero a la fecha sus 7 mil metros cuadrados y 5 bahías están cerradas.
En tanto, en abril de 2004, el de Santa Anita fue reinaugurado después de ser rehabilitado con una inversión de 450 mil pesos.
La Secretaría de Movilidad, mediante tarjeta informativa, justificó el desuso de los paraderos por la suspensión del servicio en la Línea 12 del Metro... que se registró en 2014 y 2015.
"Con el restablecimiento del servicio de la Línea Dorada, se ha ido elevando la afluencia de manera gradual", indica.
Y, para el de Santa Anita, asegura que está en proceso de incrementar las rutas que lo utilizarían.
Los viajeros de la Línea 12 del Metro, en Tláhuac, contribuyen a que el Centro de Transferencia Modal (Cetram) de esa estación terminal esté en desuso.
Pasajeros consultados aseguran que prefieren abordar afuera del paradero las unidades de transporte que los llevan a sus destinos, en Tulyehualco, Xochimilco y Milpa Alta.
"El problema es que, adentro del paradero, hay que esperar a que se llene el microbús o el camión y pierde uno el tiempo.
"Y cuando sale el micro del paradero, también da más vuelta para tomar la avenida. En cambio aquí afuera, los micros esperan tantito a que suba el pasaje y se van rápido", comentó Georgina, vecina de Tulyehualco.
Por ello, aunque decenas de unidades de transporte público concesionado descargan en el Cetram de Tláhuac, el paradero no tiene usuarios.
En la misma situación está el Cetram de la estación Periférico Oriente, también de la Línea 12, donde sólo un ramal del Sistema M1 -antes RTP- y una empresa privada de transporte público hacen base, por lo que los usuarios no sienten la necesidad de ingresar al paradero.
"Lo que pasa es que el microbús que yo utilizo no tiene base en el paradero. Viene directo de Taxqueña y se para aquí sobre la Avenida Tláhuac. Entonces, no tiene caso entrar al paradero.
"Hasta los ambulantes están afuera, ni ellos se sienten atraídos para entrar a vender al paradero porque no hay gente", mencionó David, vecino de Iztapalapa.
Transportistas que operan junto a la Línea 12 consideran que los Cetram no tuvieron una planeación correcta porque están a mitad de camino de los derroteros y eso desincentiva su uso.
En tanto, en las inmediaciones, diversas rutas de transporte generan caos vial al usar las calles como bases.
Se trata de los Centros de Transferencia Modal (Cetram) de Buenavista, Tláhuac, Periférico Oriente y Santa Anita, los cuales, en conjunto, suman una área de 42 mil 500 metros cuadrados.
Los de Tláhuac y Periférico Oriente, ambos de la Línea 12 del Metro, se inauguraron en enero de 2014.
El primero costó 261 millones de pesos y tiene una capacidad para mil 800 unidades de transporte, pero apenas lo ocupan 50 camiones de las rutas 44, 62 y 51 en 2 de las 5 bahías, que suman 20 mil metros cuadrados.
El de Periférico Oriente está abandonado, al igual que la plaza comercial, que tiene abiertos 10 de 160 locales.
El paradero y la plaza fueron construidos sobre 9 mil metros cuadrados con una inversión de 200 millones de pesos.
Dicho Cetram se diseñó para un aforo de mil 100 autobuses, pero sólo lo usan esporádicamente unidades de RTP en una de sus 5 bahías.
También en 2014, como obra complementaria al Tren Suburbano, se terminó el paradero de Buenavista -en el cual se invirtieron 25 millones de pesos-, pero a la fecha sus 7 mil metros cuadrados y 5 bahías están cerradas.
En tanto, en abril de 2004, el de Santa Anita fue reinaugurado después de ser rehabilitado con una inversión de 450 mil pesos.
La Secretaría de Movilidad, mediante tarjeta informativa, justificó el desuso de los paraderos por la suspensión del servicio en la Línea 12 del Metro... que se registró en 2014 y 2015.
"Con el restablecimiento del servicio de la Línea Dorada, se ha ido elevando la afluencia de manera gradual", indica.
Y, para el de Santa Anita, asegura que está en proceso de incrementar las rutas que lo utilizarían.
Contribuye pasaje a desuso
Los viajeros de la Línea 12 del Metro, en Tláhuac, contribuyen a que el Centro de Transferencia Modal (Cetram) de esa estación terminal esté en desuso.
Pasajeros consultados aseguran que prefieren abordar afuera del paradero las unidades de transporte que los llevan a sus destinos, en Tulyehualco, Xochimilco y Milpa Alta.
"El problema es que, adentro del paradero, hay que esperar a que se llene el microbús o el camión y pierde uno el tiempo.
"Y cuando sale el micro del paradero, también da más vuelta para tomar la avenida. En cambio aquí afuera, los micros esperan tantito a que suba el pasaje y se van rápido", comentó Georgina, vecina de Tulyehualco.
Por ello, aunque decenas de unidades de transporte público concesionado descargan en el Cetram de Tláhuac, el paradero no tiene usuarios.
En la misma situación está el Cetram de la estación Periférico Oriente, también de la Línea 12, donde sólo un ramal del Sistema M1 -antes RTP- y una empresa privada de transporte público hacen base, por lo que los usuarios no sienten la necesidad de ingresar al paradero.
"Lo que pasa es que el microbús que yo utilizo no tiene base en el paradero. Viene directo de Taxqueña y se para aquí sobre la Avenida Tláhuac. Entonces, no tiene caso entrar al paradero.
"Hasta los ambulantes están afuera, ni ellos se sienten atraídos para entrar a vender al paradero porque no hay gente", mencionó David, vecino de Iztapalapa.
Transportistas que operan junto a la Línea 12 consideran que los Cetram no tuvieron una planeación correcta porque están a mitad de camino de los derroteros y eso desincentiva su uso.
