Colaborador Invitado / Irene Zea Prado: Chimalistac: predial o voracidad del fisco
Colaborador Invitado

En 1957, mis padres Leopoldo Zea y Elena Prado Vértiz adquirieron un predio al sur de la Ciudad, en una colonia muy cerquita de CU, en donde mi padre laboró por más de 60 años. Como profesor universitario nunca se hizo rico, pero cómo hizo brillar a México en el mundo.

Chimalistac, lejos de constituir una zona residencial, tenía más facha de pueblo, con huertos, vacas, una cantina, una iglesia y un río -el Magdalena-, cuyas aguas se agitaban a veces tan fuerte que llegaban a invadir una que otra vivienda, arrastrando el lodo de las calles al interior de las mismas.

Poco a poco, con el fruto del trabajo de toda una vida, préstamos del ISSSTE y una vida prácticamente de ascetas edificaron en una extensión de 700 metros, la casa de sus sueños. En esa casa, más jardín que casa, yo y mis cinco hermanos pasaríamos nuestra infancia como auténticos salvajes, protegidos por mi madre de la a llamada mancha urbana que nos acechaba cada vez más de cerca. Mi mamá no era general, ni nada por el estilo, pero eso sí, comandaba a un ejército de cultivadores, que amantes como ella de las plantas y las flores, llenaron sus casas de cazuelas con hierbas aromáticas e hicieron en sus azoteas invernaderos de clase mundial.

Desde entonces a la fecha, han pasado más de 50 años, la mancha urbana nos alcanzó, las vacas, la cantina y mi papá se fueron, la iglesia se quedó, el río lo entubaron, las calles las pavimentaron y mi casa no es ni sombra de lo que fue. Hoy luce vieja y deteriorada, sobre todo junto a las nuevas edificaciones que pusieron a Chimalistac en las crónicas sociales de los periódicos. El ejercitó de cultivadores también desapareció, tener áreas verdes se convirtió en un delito, en una ciudad que contabiliza cada metro cuadrado que ocupas, pero que no se ocupa de la calidad de vida de sus habitantes.

Mi madre de 94 años vive bajo el ojo del huracán, la atosiga el fisco, quieren que replique el milagro de la multiplicación de los panes, de sus 3 mil pesos mensuales de pensión, pretenden cobrarle $61,163.40 por concepto de predial. Desde que a Ebrard lo nombraron el mejor alcalde del mundo, los humos se le subieron a la cabeza y desde esas alturas con la ayuda de unos españoles que tomaban fotografías, hacían segundos pisos y construían vías rápidas, incrementó el catastro. En algunas zonas de la ciudad, el ajuste, como él lo llamó, alcanzó el 400%. El nuestro, de 2007 al 2013, fue del 293%: de $14,804.34 pasó a $43,440,00. Mancera no es el mejor alcalde del mundo, dudo que lo llegue a ser, algunos, como Juan Villoro, dicen que es peor, yo creo que sí, a pesar de su promesa de limitar aumento de las contribuciones en un 3.7%, los vecinos de Chimalistac recibimos el año nuevo con un aumento del 140%.

Inútil acudir a la Tesorería y ni qué decir de la Asamblea Legislativa, son los más expoliadores de todos, los más voraces, los más insensibles, igualitos a esos señores feudales del siglo XII y el Sheriff de Sherwood a los que Robin Hood combatió y les ganó la partida.

Por favor, si alguien ha visto o sabe en dónde está este personaje de leyenda, avíseme, no le voy a pedir convierta al DF el Estado 32, qué tontería... a mayor burocracia mayor tributación. Lo que requiero es mucho más sencillo y llano: que los impuestos sean justos y equitativos, como dice nuestra Carta Magna