A revisión
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA
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Un ebrio gritaba en cierto bar de Ciudad Juárez: "¡Devuélvanos El Chamizal, cabrones!". Bebía un trago y volvía a clamar con tartajosa voz de briago: "¡Devuélvanos El Chamizal, jijos de la tiznada! ¡Desgraciados, devuélvanos El Chamizal!". "Oiga, amigo -le dijo el cantinero-. Hace muchos años Estados Unidos nos devolvió El Chamizal". "Ya lo sé -rebufó el borracho-. ¡Pero yo soy ciudadano americano!"... El anterior cuentecillo ilustra una verdad sabida: los tiempos cambian -cambiar es uno de sus oficios principales- y con él cambian las cosas. Ya son añosos los tratados con arreglo a los cuales se distribuye el agua de los ríos fronterizos entre México y Estados Unidos. Algunos de esos convenios datan de los años 40 del pasado siglo, cuando la población mexicana en toda la faja limítrofe no llegaba ni siquiera al millón de habitantes. Ahora, gracias al empuje de los fronterizos, tal población ha aumentado considerablemente. Esa sola circunstancia debería bastar para someter a revisión dichos tratados, cuya aplicación es causa ahora de numerosos problemas. La actualización es la solución... Doña Picia le preguntó a su esposo: "¿Qué harías si te enteraras de que yo tenía un amante?". Respondió el ruin sujeto: "Llamaría a la Sociedad de Invidentes para reportar la conducta inmoral de uno de sus socios"... Cierto odontólogo tenía una amiguita. Un día le dijo ella: "Molario: no podemos seguir viéndonos en tu consultorio". "¿Por qué?" -preguntó él. Respondió la mujer: "Porque ya nomás me queda un diente"... El abogado hablaba con la afligida viuda a fin de arreglar las cosas de la herencia. "Si su esposo no hizo testamento -le dijo- es necesario conocer su última voluntad. ¿No podría darme usted algún indicio? Por ejemplo: ¿recuerda cuáles fueron sus últimas palabras?". "Sí -respondió ella entre sus lágrimas-. Me dijo: "No trates de asustarme, Mardoniana. Tú no le atinarías a una pared a medio metro de distancia con esa pistola"... "Mi esposa sufre mucho por sus creencias" -comentó un tipo a sus amigos. Preguntó uno: "¿Creencias religiosas?". "No -precisó el individuo-. Su pie es del 7, y ella cree que calza del 3 y medio"... El matrimonio civil se iba a realizar, pero el oficial no llegaba. Para tranquilizar a la novia los invitados le ofrecían: "Una copita, Flordelicia". Ella respondía: "No, porque se me sube". Aun así la hacían que se la tomara, aunque ella repetía una y otra vez: "No, porque se me sube". Después de una hora, y de bastantes "No, porque se me sube", llegó el oficial. Se inició la ceremonia, y el funcionario le preguntó a la novia: "¿Acepta usted por esposo a Fulano?". Flordelicia, ya bastante mareada, respondió: "No, porque se me sube"... Doña Jodoncia fue a la oficina de su marido y vio la gráfica de los negocios, cuya línea iba hacia abajo. "¡Mira! -dijo la mujer-. ¡Esta misma gráfica podrías ponerla en la recámara!"... Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, le pidió por enésima vez a Susiflor la dación del tesoro de su doncellez. Ella le contestó, irritada: "¿Cuántas veces te he dicho que no?". Replicó el sujeto: "De haber sabido que me ibas a hacer esa pregunta le habría pedido a mi contador que llevara la cuenta"... FIN.

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Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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