OPINIÓN

Abramovic

ANDAR Y VER / Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

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La artista del performance hace de su cuerpo el arte. No lo emplea para representar sino para alojar ahí una experiencia que se forma y se deshace en contacto con otros. Ritmo 0 ha sido una de las piezas más perturbadoras de Marina Abramovic. Durante seis horas, la artista serbia se dispuso a ser cosa. En una galería en Nápoles, la artista se plantó para que los visitantes hicieran con ella lo que quisieran. En una mesa colocó 72 objetos. Había una rosa, una botella de perfume, pan, uvas, vino, tijeras y una pistola cargada con una bala. En la mesa del cuarto cerrado, las instrucciones: Durante 6 horas (de las 8 de la noche a las 2 de la mañana) puedes hacer lo que quieras con estos instrumentos. Yo soy una cosa más. Durante todo este tiempo, asumo plena responsabilidad de lo que suceda.