OPINIÓN

Año cero

Juan Enríquez Cabot EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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El sueño de cualquier dictadorcillo es deshacer la historia y la cultura al grado que no exista ni un antes ni un después. Para que un individuo domine un gran país tiene que atacar, desacreditar, eliminar intelectuales, maestros, periodistas, artistas, empresarios y científicos. Esto requiere demoler cualquier verdad y figura, salvo la del Tlatoani. Por eso los primeros ataques de Stalin, Mao, Pol Pot y similares se enfocaron en reeducar, o de plano desaparecer, a quienes representan la cultura. Solo existo yo, solo hablo yo, la verdad solo la tengo yo. Los demás son burgueses mentirosos.