OPINIÓN

El amor de Marie Jo Paz

Enrique Krauze EN REFORMA

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"Fue lo mejor que me ocurrió en la vida, después de nacer", le escuché decir a Octavio Paz sobre Marie Jo, su compañera, su esposa, su inspiración. Antes de conocerla a principio de los sesenta, la vida amorosa de Paz había sido intensa y apasionada, pero rara vez dichosa y plena. Era y no era querido. Paz podría haber sido el sujeto de aquel poema de Auden: "If equal affection cannot be, then let the more loving one be me". Con la genial e inasible Elena Garro, con la misteriosa y volátil Bona, con otras mujeres que pasaron por su vida, Paz fue siempre "the more loving one" hasta que en la India, a punto de perder la esperanza de encontrar ya no digamos ese amor equitativo sino el amor sin más, perdido en su laberinto, encontró a Marie José Tramini.