OPINIÓN

El año de la peste

Jorge Volpi EN REFORMA

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Se aproxima el final de este año imprevisible, retorcido, fatídico, indomable. Hay quien tiene la sensación de que 2020 no ha pasado, que sería posible arrancarlo del calendario, hacer como si sus sobresaltos y descalabros fuesen un espejismo, enterrarlo igual que a los millones de muertos de Covid-19 en todo el mundo. Otros sienten lo contrario, que ha sido un año interminable, infinito, que no sólo no ha acabado sino que se prolongará todavía por un tiempo indefinible, el año más largo de nuestras vidas, meses y meses de inagotable duelo. Como fuere, el año de la peste, para quienes lo sobrevivimos -o al menos lo hemos sobrevivido hasta ahora-, tendrá consecuencias aún impredecibles, cambios políticos, sociales y personales que somos incapaces de aquilatar, atrapados todavía en su desasosegante torbellino.