OPINIÓN

El antihéroe

Denise Dresser EN REFORMA

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De beso en beso. De abrazo en abrazo. De mitin en mitin. De fonda en fonda. Así Andrés Manuel López Obrador sigue recorriendo México como si fuera un guía turístico y no un Presidente. Como si fuera un conductor de un reality show culinario, y no el líder de un país que enfrenta una pandemia global. Como si no hubiera escuchado una sola de las precauciones sobre el coronavirus explicadas por el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell. Si las epidemias revelan verdades subyacentes sobre las sociedades que impactan y sobre los individuos que afectan, el COVID-19 exhibe a AMLO como un hombre irresponsable. Un líder que no lidera; evade.