Hay un cortocircuito en la política energética nacional. Se trata del insólito pleito entre dos entidades del Gobierno federal, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en materia de generación distribuida, es decir, el tipo de generación que permite a los ciudadanos producir electricidad con paneles solares en sus hogares y vender excedentes.