OPINIÓN

Tiempos mejores

Luis Rubio EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
La nostalgia es perniciosa como guía de acción para los gobernantes, pero eso no parece disuadirlos. La noción de que se puede recrear un pasado que, en retrospectiva, parece idílico, tiene un atractivo tan obvio, que invita a crear utopías mentales y propuestas que capturan las emociones, pero no por eso resultan menos engañosas. En esto no es muy diferente el protagonista electoral a los de otras latitudes (Trump, Brexit, etc.). Por su naturaleza, el discurso político siempre apela a las emociones, pues lo que se persigue es cautivar al votante sin tener que explicar nada más que: la solución "soy yo". No es necesario decir cómo o por qué.