La española, nacida en Madrid en 1962, se define como bailarina y coreógrafa, pero también artista visual, cuyo trabajo siempre parte del cuerpo. Crédito: Héctor García
Aunque en sus inicios La Ribot se presentaba en teatros, hacia el arranque del milenio sintió la necesidad de tener al espectador junto, cambiando el escenario negro por el cubo blanco. Crédito: Héctor García