OPINIÓN

La confianza se gana milímetro a milímetro, pero se pierde en un santiamén

El ánimo

Luis Rubio EN REFORMA

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El gobierno que (finalmente...) está a punto de concluir vivió asediado por lo que el propio presidente denominó "mal humor social". Se trata de un concepto vago que permite transferir la responsabilidad a otros: el problema no es mío sino de la población que no entiende. Bajo ese rasero, la ciudadanía en México lleva medio siglo de "no entender". El gobierno saliente nunca encaró el humor social como un problema, lo que le llevó a emplear antídotos que no sólo no lo atendían, sino que lo exacerbaban, como el famoso "ya chole con tus quejas". Si el próximo gobierno quiere acabar mejor, tendrá que enfrentar el asunto que han evadido todas las administraciones previas y que tiene que ver, en su esencia, con la confianza de la ciudadanía en el gobierno.