La confianza se gana milímetro a milímetro, pero se pierde en un santiamén
El gobierno que (finalmente...) está a punto de concluir vivió asediado por lo que el propio presidente denominó "mal humor social". Se trata de un concepto vago que permite transferir la responsabilidad a otros: el problema no es mío sino de la población que no entiende. Bajo ese rasero, la ciudadanía en México lleva medio siglo de "no entender". El gobierno saliente nunca encaró el humor social como un problema, lo que le llevó a emplear antídotos que no sólo no lo atendían, sino que lo exacerbaban, como el famoso "ya chole con tus quejas". Si el próximo gobierno quiere acabar mejor, tendrá que enfrentar el asunto que han evadido todas las administraciones previas y que tiene que ver, en su esencia, con la confianza de la ciudadanía en el gobierno.
Presidente de México Evalúa-CIDAC, institución independiente de investigación. Fue presidente de la asociación de estudiosos de riesgo político y miembro de la CDHDF. Recibió el Premio Dag Hammarksjold (93) y el Nacional de Periodismo (98). Entre sus libros están Un mundo de oportunidades y El Dilema de México: los orígenes políticos de la crisis económica. Es doctor en ciencia política y tiene especialización en administración financiera.