OPINIÓN

La negación

Luis Rubio EN REFORMA

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Hace unos años, cuando Beijing se disponía a recibir a los jefes de gobierno que integran la APEC, el gobierno de la ciudad cerró cientos de fábricas y prohibió la circulación de millones de vehículos, todo en aras de disminuir la contaminación del aire e intentar darle una fachada menos sucia a la urbe. Sin embargo, una aplicación telefónica mostraba que la contaminación alcanzaba cifras escandalosas. El gobierno no tardó nada en resolver el problema: bloqueó el uso de esa aplicación y con eso le dio santo sepulcro a la contaminación.