OPINIÓN

Un crimen más

Denise Dresser EN REFORMA

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La noche del sábado mi madre de 83 años fue extorsionada. A medianoche hablaron a su celular y pusieron un audio con mi voz, diciéndole que yo había sido secuestrada. Amenazaron con matarme si ella no seguía instrucciones precisas, lo cual hizo sin chistar, pensando en las veces que me habían amenazado, anonadada ante la cantidad de información que los extorsionadores tenían sobre mí y sobre ella. Obedeció, convencida de que si no hacía lo que exigían, no volvería a verme viva. Salió de casa en piyama y pantuflas, manejó a donde le indicaron, dejó el carro en una esquina con las llaves puestas, ingresó a un hotel en Tlalpan y ahí pasó la noche en vela, recibiendo llamadas amenazantes cada hora, esperando la siguiente indicación. Cayó en la trampa que le tendieron con mucha habilidad y mucha información.