NACIONAL

'Vivimos con miedo, pero vamos a seguir'

Jesús Guerrero

Chilpancingo, México (04 abril 2016) .-00:00 hrs

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
A doña María del Carmen Abarca Nava se le salen las lágrimas cuando habla de sus dos hijos.

El pasado 18 de marzo fue su cumpleaños 45, pero también se conmemoró un año de que su hijo, el activista Héctor Jaimes Abarca, fue desaparecido por un grupo armado en Chilapa, Guerrero.

Dos meses después, el 9 de mayo de 2015, su otro hijo Jorge Jaimes Abarca, de 18 años de edad, fue privado de su libertad cuando salía de la tortillería donde laboraba.

Según testigos, los que se llevaron a Jorge eran individuos armados que se autonombraban policías comunitarios y que durante siete días sitiaron Chilapa para presuntamente detener a los integrantes del grupo delictivo de "Los Rojos".

La vox pópuli de Chilapa asegura que esos presuntos comunitarios pertenecían al grupo de "Los Ardillos", encabezado por Celso y Antonio Ortega Jiménez, hermanos del ex presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso, el perredista Bernardo Ortega.

"Yo sé, porque me lo han contado algunas gentes, que a mis hijos los tienen trabajando en los cerros de algún pueblo de Quechultenango", refiere doña María del Carmen, quien es comerciante en el mercado local.

Dice que a lo mejor las personas que tienen en su poder a sus dos hijos los están obligando a sembrar estupefacientes.

"Yo les pido a esas personas que suelten a mis hijos porque estoy sufriendo mucho", dice la mujer.

De su hijo Héctor, recuerda en especial que el 18 de marzo le extrañó que cuando salió de su casa para irse a trabajar a Chilpancingo no le diera un abrazo por su cumpleaños.

De acuerdo con su versión, al ir a tomar el transporte de Chilpancingo a Chilapa fue cuando desapareció.

Héctor Jaimes Abarca, era colaborador del Centro Regional de Derechos Humanos "José María Morelos y Pavón", era egresado de la escuela de Antropología de la UAG y había participado activamente en la lucha de cinco comunidades que exigían el servicio de agua.

"Vivimos con el miedo, pero vamos a seguir en esta lucha porque sabemos que nuestros familiares siguen vivos", afirma la señora Abarca y agrega que en esta lucha sabe que le va de por medio la vida.

Y es que en diciembre del 2015, Bernardo Carreto González, quien reclamaba la presentación de sus tres hijos presuntamente secuestrados por "policías comunitarios", fue ultimado a tiros por un comando armado.

Semanas antes de ser ejecutado, Carreto había sido amenazado de muerte.

Doña María del Carmen dice que a lo mejor ella puede correr con la misma suerte de Bernardo.

"Yo seguiré luchando porque sé que mis dos hijos están vivos", señala.

El 27 de enero, los gobiernos federal y estatal pusieron en marcha un despliegue de más de 3 mil 500 efectivos del Ejército, la Gendarmería, la Policía Federal y la policía estatal en esa zona para detener a los líderes "Los Rojos" y "Los Ardillos", y la búsqueda de desaparecidos.

Sin embargo, no hay resultados para la localización de las personas, señala José Díaz Navarro, vocero de la organización "Siempre Vivos".