La semana pasada se aprobó en Estados Unidos el uso de emergencia de la vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNTech para niños de 5 a 11 años de edad. Ya se empezaron a aplicar dichas vacunas a una población estimada de 28 millones de menores en ese país, a través de farmacias, consultorios médicos y centros de salud. Un grupo de prestigiados expertos independientes ha evaluado cuidadosamente la seguridad y eficacia de esta política, y recomendó su aplicación como una medida importante para romper cadenas de transmisión y evitar muertes.