OPINIÓN

Bolsonarismo y trumpismo

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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La marca personalista del populismo nos hace pensar que su existencia depende exclusivamente del líder. Que podrá trastocar los parámetros de la política, pero que es, a fin de cuentas, un fenómeno pasajero. Atado como está al nombre del fundador, imaginamos no sería capaz de echar raíces. El populismo sería así, un breve tiempo de política ardorosa que tarde o temprano se apaciguaría en rutinas institucionales. Habría que reconsiderar esa expectativa. Ya decía Pierre Rosanvallon, una de las inteligencias más agudas de Francia, que el siglo que vivimos será recordado como el siglo del populismo. No es una moda, sino el desafío más profundo y perdurable de la democracia liberal.