OPINIÓN

Consensos y excentricidad

Carlos Bravo Regidor EN REFORMA

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Hace tiempo que en México no experimentábamos nada que pudiera llamarse "consensos". El concepto adquirió una connotación irónica durante los últimos años. En lo económico, por ejemplo, se usaba la expresión "consenso de Washington" para referirse al repertorio de medidas propio de la ortodoxia neoliberal. En lo político, el gobierno de Enrique Peña Nieto y sus aliados presentaron el "Pacto por México" como supuesto resultado de un consenso entre las grandes fuerzas políticas en torno a las reformas estructurales que el país necesitaba. Es una historia larga, con sus complicaciones y asegunes, éxitos y equívocos, pero que algún día habrá que reconstruir como parte de la trayectoria que terminó desembocando en ese lodazal que hoy llamamos "polarización".